Estudio: 10 aprendizajes de la pandemia desde la voz de los estudiantes - Enseña Chile
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Estudio: 10 aprendizajes de la pandemia desde la voz de los estudiantes

Introducción

Este año ha sido caracterizado por un cambio drástico en la educación. Sin quererlo y como consecuencia de una pandemia global, los colegios quedaron vacíos y las clases se realizaron a distancia: guías, grabaciones, clases virtuales, programas de televisión y radio. Toda metodología era válida en este nuevo escenario.

Las desigualdades socioeconómicas quedaron más expuestas que nunca y la inequidad se mostró en implementos tecnológicos, espacios de estudio, acceso y conexión a internet, horas de estudio, autopercepción de aprendizaje, entre otros (1, 2). Aparece entonces, como una frase que constantemente se ha repetido desde mayo, ‘este fue un año perdido’. A pesar de lo anterior, la suspensión de clases presenciales nos ha permitido tomar distancia respecto a lo que se hacía rutinariamente para mirarlo desde afuera. De esta forma, se han levantado interesantes informes respecto a cómo docentes y equipos directivos han enfrentado el desafío de replantearse abruptamente sus metodologías de enseñanza. Las comunidades escolares y los tomadores de decisión han aprendido, y, por tanto, no ha sido un año perdido.

La frase del año perdido se vuelve a repetir entonces: los adultos algo aprendimos, pero los estudiantes no. Las encuestas antes mencionadas revelan parcialmente esta realidad, sobre todo para estudiantes de contextos vulnerados. A partir del estudio realizado por el CIAE (1), Bellei y otros (3) hablan del aprendizaje como el resultado de una serie de eslabones de una cadena. Si se corta uno, entonces el aprendizaje no se produciría, y en este año, la posibilidad de que uno se corte era mayor que nunca. Sin embargo, los aprendizajes de este año trascienden el contexto educativo formal, y por lo mismo, las encuestas pueden no estar percibiendo aprendizajes relevantes para niños, niñas y jóvenes. Es por esta razón que desde Enseña Chile decidimos preguntar directamente a los estudiantes qué aprendieron este año.

Convocamos a participar de este estudio a estudiantes de profesores/as de la Fundación Enseña Chile. Estudiantes de contextos vulnerados, en su mayoría de enseñanza media, de 5 regiones del país. En total participaron 24 estudiantes que asistieron a 6 entrevistas grupales de entre 3 y 4 participantes. En ellas les preguntamos sobre sus aprendizajes durante el año, qué aspectos de la educación a distancia mantendrían y qué extrañaron de su educación presencial. Lo que se presenta a continuación, es la categorización a partir del análisis de las respuestas de los y las estudiantes permitieron encontrar 10 aprendizajes que estos tuvieron durante la pandemia.

Resultados: 10 aprendizajes de la pandemia desde la voz de los estudiantes

1. Desarrollo de habilidades para el aprendizaje a distancia

«Este año aprendimos a ser más independientes. De cierta forma lo aprendimos porque ya no tenemos a los profesores al lado».

Estudiante de la Región del Biobío 

La respuesta más repetida entre los estudiantes es que este año desarrollaron distintas habilidades necesarias para el aprendizaje remoto. Autonomía, organización, gestión del tiempo, a aprender solos, a buscar información, son algunas de las formas que los estudiantes nombran estas capacidades desarrolladas durante la pandemia que fueron fundamentales al no poder contar con la retroalimentación inmediata de los docentes o al no tener las formas de control externas de la escuela. «Hemos reforzado la autonomía y el compañerismo. En mi grupo de amigos el que va entendiendo le explica a los demás. Ahora, como no tenemos la posibilidad directa de preguntar a los otros o a la profesora buscamos nuestras propias soluciones», menciona un estudiante de la Región Metropolitana. 

Ciertamente, para los estudiantes entrevistados, el aprendizaje de los contenidos curriculares requería un paso previo, el desarrollo de habilidades socioemocionales fundamentalmente asociadas a la toma responsable de decisiones y la autoregulación (CASEL). Así, este año de adversidad, permitió que algunos estudiantes desarrollaran métodos de organización del tiempo dado que nadie lo iba a hacer por ellos, o estrategias para resolver las dudas que iban surgiendo a medida que iban aprendiendo contenidos nuevos.

2. Relevancia del propósito y motivación: Año de aprendizajes para la vida

«Este año le puse más empeño. Pude conocerme a mí mismo, saber lo que quería para el futuro, tener metas, aprender nuevas cosas. Vi a otros compañeros rendirse, pero aprendí que tengo la capacidad de seguir adelante. Le puse más empeño porque sabía que se vendría difícil». 

Estudiante de la Región de Valparaíso  

Los estudiantes entrevistados también señalan la importancia de desarrollar motivación para aprender. La mayoría se siente responsable de su aprendizaje, y, por lo tanto, buscan propósitos que los motiven a aprender en el contexto adverso. De esta forma aparecen razones como la importancia intrínseca del aprendizaje o la relevancia de los contenidos para el futuro. En sus respuestas también aparece la idea de que no será fácil, pero mantenerse positivos es una forma de evitar la frustración. 

Otros estudiantes señalaron que este año se pudieron conocer y valorar más a sí mismos, habilidades socioemocionales fundamentales relacionadas a la autoconciencia (CASEL) .Así, este año en todas sus dificultades también les ha enseñado la importancia de la perseverancia, de valorarse y de tener metas que puedan motivarlos ante contextos difíciles. 

3. Herramientas digitales

«Yo no cachaba nada (sobre herramientas digitales). Pero ahora como ya lo  usar se me hace normal y podría usarlas en otras situaciones que no fueran en pandemia». 

Estudiante de la Región Metropolitana 

Las clases virtuales fueron una de las tantas formas que usaron los docentes para enseñar de forma remota. Los estudiantes, por su parte, rápidamente se tuvieron que adaptar y empezar a hacer uso de plataformas como Zoom, Google Meet Google Classroom

También tuvieron que aprender a usar correo electrónico para recibir y mandar trabajos, como bien retrata el cuento 50 metros cuadrados, algunos estudiantes pasaron de necesitar de sus padres en un comienzo a ser expertos en tecnologías.  

4. Importancia de la salud mental: Salud física y salud mental, manejo de emociones y frustración

«Yo me estresaba mucho, al punto de enfermarme. Cuando llegó la pandemia me di cuenta que tenía que parar porque me estaba haciendo mal. Antes de todo lo que me pasaba veía el lado negativo, no valoraba lo que hacían los demás por mi bien estar. Aprendí a sacar lo positivo de las cosas, la familia, los amigos. Todo tiene un para qué y un por qué». 

Estudiante de la Región de Los Lagos

Un reconocimiento importante hacen los estudiantes a las condiciones de salud mental. Se hace evidente, por ejemplo, la importancia de la actividad física para poder dormir a una hora prudente y no desvelarse en la noche, o en la misma línea, mantener ritmos de sueño que sean saludables y compatibles con actividades escolares. También aparece como relevante el reconocer las emociones propias, sobre todo aquellas de frustración que pueden ser perjudiciales para el proceso de aprendizaje. 

Aunque lo dicho por los estudiantes no hace un reconocimiento explícito sobre la salud mental, el tiempo escolar durante cuarentena trajo como aprendizaje la importancia de aspectos relacionados a esta, que bien pueden ser mejor tematizados por docentes y encargados de convivencia escolar. 

5. Habilidades prácticas y hobbies

«Aprendí a hacer queques y pies. Personalmente el tema de estar encerrada me ha estresado mucho. Cocinar cosas dulces me ha servido para relajarme más y no andar tan tensa. Yo sigo en Instagram a una cabra que sube recetas de cocina y las que me tincaban las hacía».  

Estudiante de la Región Metropolitana 

El hecho de quedarse solos en la casa, obligó también a que varios estudiantes tuvieran que aprender habilidades prácticas para llevar un hogar. Una gran cantidad de estudiantes entrevistados señaló que durante este tiempo aprendieron a cocinar.

Por otra parte, tener más tiempo libre estando en cuarentena, permitió también que algunos estudiantes desarrollaran hobbies y exploraran nuevos intereses, ligados fundamentalmente a las artes (música, dibujo y diseño).

6. Convivir en familia: Hacerse responsable de hermanos menores y valorar a la familia

«Aprendí a comunicarme con mi mamá. Antes llegaba del colegio, hacía mis tareas y no había tanto contacto con la familia. Ahora jugamos juegos de mesa, le ayudo a mi hermana y a mis primas con sus tareas. Cuando nos desanimamos nos apoyamos». 

Estudiante de la Región de Tarapacá 

Estar en la casa confinados no fue una experiencia fácil para los estudiantes, sin embargo, muchos de los entrevistados señalaron haber desarrollado una mejor convivencia con los miembros de su familia. Para los hermanos mayores, fue una oportunidad de apoyar a sus hermanos menores ya sea ayudándolos en aspectos prácticos como conexión y 

descarga de materiales, o desde un rol de supervisión para que estos fuesen responsables con sus estudios: se conectaran a clases e hicieran las tareas.  También fue una oportunidad para estar más tiempo con sus familias, realizando actividades en conjunto, conversando más y afianzando lazos. 

7. Convivir entre pares en la distancia: Nuevas formas de relación entre estudiantes

«Aprendí a pedir valorar, ayudar y preguntar a mis compañeros. ¿Cómo aprendiste eso? ¿Cómo lograste captarlo? Y así absorber esa información y esa enseñanza que te dan». 

Estudiante de la Región del Biobío 

Pese a que se perdió la comunicación presencial, muchos estudiantes señalaron que habían desarrollado más y mejores vínculos con sus compañeros y compañerasEn esto aparecen varios factores relevantes para los estudiantes. Por una parte, se habla del desarrollo de la empatía, es decir, ante una situación de fragilidad colectiva, eran capaces de ponerse en la situación de sus compañeros y compañeras. 

Por otra, para los estudiantes más tímidos, hablar por redes sociales fue un espacio de mayor libertad para su expresión, de esta forma, sintieron poder comunicarse más con sus compañeros.  Así, pese a las dificultades propias de mantener una relación no presencial, se abrió la oportunidad de mantener los lazos utilizando las redes sociales y que estas relaciones fueran basadas la empatía y la integración de estudiantes que no participan siempre. 

8. Rol docente: importancia del vínculo y la comprensión de los profesores

«Cuando los profesores preguntaban en las clases y las chicas se quedaban calladas uno llegaba a reflexionar qué tanto esfuerzo hizo el profe para hacer esa clase. Eso me dio pena y me hizo reflexionar que no solo tienen que hacer clases, también tienen que mantener su casa y a su familia». 

Estudiante de la Región de Los Lagos 

También los estudiantes entrevistados señalaron haber desarrollado mayor empatía con los docentes y los desafíos de hacer clases, particularmente en contexto virtual. De alguna forma, los estudiantes percibieron lo difícil que fue para muchos docentes hacer clases, por ejemplo, por la baja participación que había en las clases, reconociendo la importancia del trabajo que hacen sus profesores y profesoras. 

También los estudiantes valoraron la relación interpersonal que se dio con sus profesores y profesoras, la preocupación y contención que estos demostraron acompañando más que su proceso educativo que trascendía lo académico. Así, muchos estudiantes declaran que, si hay algo que se debería mantener en los próximos años, es la consideración que tuvieron los docentes, anteponiendo el bienestar socioemocional al aspecto más académico. 

9. Valoración del espacio para aprender: Ruido, falta de internet y falta de espacio

«A veces uno entra a una clase y el vecino se pone a construir. Es la típica, les ha pasado a todos, hasta a los profesores les ha pasado. También esta toda la familia está en la casa. Están haciendo aseo o ruido. Tú no tienes tu espacio para concentrarse». 

Estudiante de la Región del Biobío 

Aparece como un importante aprendizaje también la valoración del espacio escolar y lo que se pierde con él. Así, la idea de un espacio más amplio, donde hay menos ruido y cuesta menos concentrarse, que no depende de la conectividad de internet, aparece como un lugar privilegiado para aprender. 

Aunque los estudiantes señalan algunas ventajas de no tener que ir al colegio para tener clases (poder dormir más tiempo, no usar uniforme o poder comer mientras están en clases), hay un consenso importante en que el colegio es un mejor espacio para aprender. 

10. Aprendizajes curriculares

«De cierto modo igual hemos aprendido cosas en matemáticas, en diferentes asignaturas. No hemos aprendido lo mismo que deberíamos en un año presencial, pero no siento que haya sido totalmente perdido. Hoy aprendimos… ya se me olvidó como se llamaba, pero algo con funciones» 

Estudiante de la Región Metropolitana

Aunque no fue lo más relevante, no dejó de aparecer en las conversaciones aprendizajes curriculares que se dieron. Los estudiantes reconocen que no se aprendió como en otros años, pero para los estudiantes entrevistados, hubo contenidos disciplinares aprendidos. 

En este sentido, no deja de valorarse que cuando muchos daban por perdido este año escolar, los estudiantes y sus docentes fueron capaces de realizar un proceso de enseñanza y aprendizaje de contenidos que van mucho más allá de la inmediatez del contexto de pandemia. 

Impresiones y preguntas

Ciertamente la muestra de estudiantes entrevistados no es representativa. No sabemos qué aprendieron aquellos estudiantes que no se conectaron con sus escuelas durante todo el año. Tampoco podemos hacer algún tipo de inferencia sobre tipologías de estudiantes y los aprendizajes que desarrollaron. Sin embargo, esta es una primera aproximación a aprendizajes durante este año que los mismos estudiantes declaran haber adquiridocontradiciendo la idea de que este fue un año perdido en términos de aprendizaje. En este sentido, llama la atención que, para la mayoría de ellos, el principal aprendizaje se relaciona con el desarrollo habilidades necesarias para, efectivamente, aprender lo enseñado por sus docentes. Autonomía, autorregulación, organización del tiempo, autoconcienciavaloración de sí mismos, tolerancia a la frustración, entre otras, fueron fundamentales para mantener sus ganas de aprender y habilitar el proceso adquisición de otros contenidos. Así, durante este año, los estudiantes desarrollaron habilidades para aprender a aprender y aprender a ser, como bien diría el Informe Delors (4).

 También desarrollaron habilidades digitales necesarias para este proceso de aprendizaje. Importante también es que el tiempo de cuarentena les permitió explorar intereses propios y desarrollar habilidades prácticas para su vida cotidiana. 

Otro grupo de aprendizajes fundamentales durante este año son aquellos relacionales: tanto con sus pares, con sus familias y docentes, los estudiantes desarrollaron empatía, confianza en otros y comunicación.  Habilidades esenciales dentro de lo que se espera en una educación que tiene como objetivo enseñar a convivir con otros (4). Finalmente, el tomar consciencia de la escuela como espacio privilegiado para aprender y la importancia de la salud mental, pueden ser grandes aprendizajes si los estudiantes los tematizan y valoran. 

Estas impresiones nos dejan también dos preguntas relevantes. Por un lado, ¿cuán importantes fueron las entrevistas como espacio de reflexión y metacognición de lo vivido? ¿Es posible poder hablar de aprendizajes como los señalados si los estudiantes no los nombran como tal? Creemos que es fundamental que los procesos educativos que se iniciarán el próximo año puedan recoger lo vivido este año, reconociendo las dificultades de este y también aquellas habilidades desarrolladas, los gustos explorados y la valoración de lo que antes dábamos por hecho. 

Otra pregunta importante es ¿cómo seguimos fomentando la autonomía de los estudiantes? Esta habilidad apareció como clave en la pandemia (5) en tanto permitía que los estudiantes, sin incentivos externos como notas y anotaciones negativas, buscaran aprender. Sin duda el reconocimiento de sus intereses, el desarrollo por el gusto de aprender y la vinculación con propósitos concretos (6) son buenas iniciativas para comenzar a repensar una educación donde los y las estudiantes sean realmente protagonistas.  

Referencias

(1) Ponce, T., Bellei, C., y Vielma, C. (2020) Encuesta Experiencias educativas en casa de niñas y niños durante la pandemia Covid-19. Primer informe de resultados. Extraído de: https://www.ciperchile.cl/wp-content/uploads/CIAE-EXP-EDU-final.pdf  

(2) Educación 2020 e Ipsos (2020) Segunda encuesta Estamos Conectados. Extraído de https://educacion2020.cl/encuestas/estamosconectados/resultados_encuesta2_2  

(3) Bellei, C., Ponce, T., Vielma, C., y Contreras, M. (2020) La fragilidad de la escuela pandémica. En Ciper Académico. Extraído de https://www.ciperchile.cl/2020/12/19/la-fragilidad-de-la-escuela-pandemica/  

(4) Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro. París: UNESCO. 

(5) Schleicher, A. (2020). The Impact of Covid-19 on Education Insights From Education At a Glance 2020. 

(6) Rincón-Gallardo, S. (2019). Liberar el aprendizaje: El cambio educativo como movimiento social (Kindle Edi). Grano de sal.