«El año pasado tuvimos que hacer protocolos y trabajo en la casa», recuerda Paulina Ávalos, profesora de Matemáticas del Centro Educacional Federico García Lorca, quien hoy completa su segundo año del programa. «Les mandamos guías y las revisamos cuando volvieron. Las pruebas de lectura de libros se hicieron trabajos. Todo se readecuó y a los estudiantes les gustó la idea», cuenta. El colegio está ubicado justo frente a la Plaza de Renca, uno de las zonas más marcadas por las movilizaciones tras es el estallido social.
Esa iniciativa de los profesores fue el punta pie inicial de las medidas que hoy están implementando junto a toda la comunidad para establecer una educación a distancia frente a la suspensión de clases. En ese momento el motivo era hacer frente a un año que se vendría complejo por la crisis social que atraviesa Chile. Nunca esperaron que ese plan sirviera frente a una pandemia.
«Hicimos una reunión y nos pusimos de acuerdo, todos íbamos a priorizar curriculum y de acuerdo a eso mandar guías para la casa. Nos juntamos por departamento, por asignatura y por nivel para que todo fuera articulado», asegura Paulina.
Desde el lunes pasado comenzaron a enviar guías con contenido y ejercicios a través de la plataforma de Papinotas (vía SMS), Whatsapp, correo y Webclass. También están disponibles en los Instagram de profesores del colegio. Además, por esas mismas vías se envían materiales extra como videos explicativos de la materia o audios personalizados respondiendo dudas puntuales. Hay material de todas las asignaturas, incluso de Educación Física, donde los profesores piden a los estudiantes que le envíen videos de ellos realizando los ejercicios.
Para aquellos alumnos que no cuentan con internet, hay algunas guías impresas que pueden ir a buscar a la secretaría del colegio semana a semana. Por ahora, mientras no se aumente oficialmente el periodo de cese de clases, esperan revisar ese material cuando vuelvan al aula.
«Lo que más me ha costado es no poder contestar las preguntas de los estudiantes altiro. No poder aclarar el contenido con mucha más profundidad», comenta Mónica Rivera, profesora de Lenguaje del Centro Educacional Federico García Lorca y peCh 2019. Para contrarrestar eso, Mónica tiene un Instagram dedicado exclusivamente a su trabajo como profesora (@profe.monica), el cual creó al iniciar sus clases el año pasado y cuya utilidad está más vigente que nunca.
«Hemos ocupado mucho esa herramienta para saber cómo están los estudiantes fuera del colegio, si están llevando bien la situación. Me ha servido para conectar en un ámbito más afectivo, preocuparme más de su estado anímico, de cómo están ellos y sus familias», rescata Mónica. Este año casi todos los profesores siguieron su ejemplo y se crearon una cuenta en esta red social para potenciar su vínculo con los estudiantes en esta modalidad de educación a distancia. Desde ahí pueden apoyar respondiendo dudas sobre el contenido y acompañando a sus estudiantes en esta difícil situación.
Para Mónica es lógico crear nuevas opciones para que los estudiantes puedan de una u otra forma continuar con su aprendizaje, convicción que comparte con gran parte de su comunidad escolar. «Hay que abrirse a la posibilidad de tener un contacto más fluido con los estudiantes en redes sociales. Hay que tener una apertura de mente y darles todas las opciones para que puedan tener acceso a la educación», reflexiona.
El recibimiento de las medidas por parte de estudiantes y apoderados ha sido muy positivo, así lo asegura Paulina. «Los alumnos están contentos porque están haciendo los trabajos, tienen que investigar adicionalmente y lo encuentran muy meritorio. Incluso se reían y nos decían que no mandáramos tanta tarea. Además, para la familia es una tranquilidad, lo estaban pidiendo desde el año pasado. Los niños no se exponen, hacen las tareas y están aprendiendo», cuenta.