Cuando Ignacio Zenteno comenzó a hacer clases de Historia en el Colegio Andrés Bello de Chiguayante, vio la tecnología como una oportunidad para complementar su trabajo. Mientras estudiaba Antropología en la Universidad Alberto Hurtado colaboró administrando algunas páginas y luego pensó que ese recurso podía ayudar en su sala de clases.
Así nació comunidadpewma.wordpress.com, un espacio que al principio buscaba apoyar con material a estudiantes que faltaran a clases y que en la actualidad se ha convertido en la principal plataforma de comunicación entre Ignacio y sus alumnos. «Hoy es la única opción y los estudiantes se manejan muy bien. Son tres años con la misma página, el mismo formato, saben usarlo», releva Ignacio, quien también es egresado de Enseña Chile.
Aproximadamente 170 estudiantes de tercero y cuarto medio están usando la página estos días. Ahí, el profesor entrega guías, resuelve dudas y organiza algunas reuniones online para comentar el contenido. Sabe que la plataforma es importante, pero que es él quien debe liderar los espacios y procurar mantener el vínculo. «La relación cercana, directa con el profesor no se puede sustituir, pero las plataformas digitales la pueden complementar», reflexiona el profesor.
Ignacio cuenta que su colegio ha potenciado la página web institucional como la plataforma principal de educación a distancia en este contexto, donde cuelgan las guías por nivel y asignatura. Sin embargo, para algunos profesores no es suficiente y han usado otros espacios como páginas web propias o cuentas de Instagram para hacer de la comunicación con sus estudiantes algo más bidireccional.
«Yo creo que sin duda es una extensión de lo que se puede hacer en aula, ahí apuesto harto por la autonomía de los chicos», cuenta el profesor. Él también busca potenciar así el sentido de responsabilidad de sus estudiantes, reforzando algunas habilidades socioemocionales que también trabaja en aula.
Finalmente, el uso de estas herramientas ha ayudado a repensar la educación a distancia y sobre todo innovar en su uso. «Cuando uno piensa en educación pareciera ser que está todo listo, hecho, y no es así. En tecnología nos falta mucho por experimentar y es valiosísimo», valora Ignacio.