La crisis global por el covid-19 ha mantenido a niños, niñas y jóvenes alejados de las salas de clases por casi la totalidad de este año escolar. Sin embargo, el compromiso de las comunidades escolares por seguir entregando oportunidades a sus alumnos ha estado patente y ante eso la educación a distancia vía internet ha irrumpido como el principal camino. Según datos de la Unesco, cerca de 850 millones de estudiantes tienen acceso a internet y pueden utilizar plataformas en línea para continuar con su educación en estos momentos.
«Es interesante porque lo que ocurre con la pandemia es que nos ofrece la oportunidad inevitable de verdad usar tecnología para procesos de aprendizaje no de forma marginal, sino que central. Algo que se está intentando hace 30 años y había costado mucho que se incorporara como una herramienta regular de enseñanza», reflexiona Eugenio Severin, director ejecutivo de Tu clase, tu país y experto en tecnologías para el aprendizaje.
Este desafío ha sido grande y no ha estado exento de errores, pero ha demostrado la convicción que tienen las comunidades escolares en este proceso. «En una primera fase los profesores hicieron su mayor esfuerzo de reaccionar ante la emergencia de la mejor forma que sabían y podían. Lo primero que hay que rescatar es que esa reacción fue bien heroica, porque obligó a todos a salir de la zona de control e inventar algo, aunque fuera caótico y no siempre le apuntamos en el primer intento», asegura Severin, quien agrega que ha habido nuevas fases donde cada vez los docentes han contado con más herramientas y apoyos.
El cambio en el uso de tecnologías para la educación llegó para quedarse. Estudiantes, profesores y comunidades escolares en general no olvidarán lo vivido y aprendido en este contexto, por lo que generará un cambio cuando las salas de clases vuelvan a estar llenas. «Hay algo importante con el tema del tiempo, estamos acostumbrados a imaginar la escuela como un espacio de jornada completa y lo que va a pasar después de la pandemia es que eso se va a revisar. Va a haber una oportunidad ahí, sobre todo con los niños más grandes, de cómo generar espacios más flexibles de aprendizaje. También espero que ocurran nuevas oportunidades de aprendizaje, nuevos lenguajes, fórmulas, que los profesores ganen tiempo para hacer otras cosas», opina Eugenio.
Pero para que todo esto sea posible, el primer paso es asegurar que niños, niñas y jóvenes puedan efectivamente sumarse a la web. Se necesitan, primero, computadores u otros dispositivos que les permita conectase. Luego, una señal a nivel nacional que llegue a todos los rincones del país. «A pesar de que si uno mira los números se ve que la conectividad ha avanzado mucho, esto ha demostrado que todavía no todos tienen la conectividad. Es más importante hoy en Chile asegurar conectividad que construir carreteras porque el mundo en el que vamos a vivir en los próximos años va a necesitar que estemos todos conectados», indica el experto.
Finalmente, Eugenio destaca que esta situación dejará muchos aprendizajes que pueden ser beneficiosos a futuro para el sistema educativo en general. «Antes de la pandemia ya teníamos claro el diagnóstico de un sistema educativo que no estaba dando el ancho. Ya sabíamos que teníamos problemas y lo que espero es que esto nos ayude a que cuando salgamos de esto tengamos un nuevo propósito y herramientas de trabajo», concluye.