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Los jóvenes que actualmente cursan cuarto medio son el grupo de personas que quizá enfrentan la mayor incertidumbre dentro del sistema escolar. No solo estudian en medio de una pandemia global que los mantiene alejados de las salas de clases, sino que al mismo tiempo se preparan para la Prueba de Transición que les permitirá acceder a la educación superior el próximo año. Sus profesores son parte importante de este proceso y han vivido junto a ellos esta incertidumbre.
Estefanía Muñoz es parte del Programa de Liderazgo Colectivo de Enseña Chile en el Colegio Particular San Pedro de Quilicura. Poco tiempo después de la suspensión de clases comenzó a trabajar este tema con sus alumnos. «Una estudiante me escribió para pedirme un material específico para estudiar para la prueba de Matemática. A partir de eso, yo le ofrecí hacerle clases y que invitara a sus compañeros a ver si alguien más se animaba. Terminaron siendo 25», cuenta.
Después de ver el gran entusiasmo de sus estudiantes, coordinó junto a otros profesores y la jefa UTP para enfocar el trabajo de sus clases en la preparación para la prueba de transición. Así lograron montar una estructura similar a un preuniversitario que les permite enfocarse en este gran desafío. «Con el formato online lo sienten casi como una clase personalizada, profesora y estudiante. Eso les ha facilitado decir cuando hay cosas que no entienden. Muchas veces termino la clase y les pido a los que no lograron entender bien el contenido que lo digan y así volvemos a repasarlo en un grupo más pequeño. El proceso de poder detenerse y que no importe tanto el tiempo, les da ganas de quedarse», destaca Estefanía sobre este modelo de trabajo online.
Algo similar pasó con los estudiantes de Sebastián Zunino, profesor de Enseña Chile que hace clases de Matemática en el Liceo Quellón en Chiloé. Él es coordinador de la preparación para la Prueba de Transición y junto a sus colegas ha trabajado con la plataforma Puntaje Nacional para guiar a sus estudiantes en este proceso. «Trabajar con esta página nos permite tener un banco de preguntas muy grande y la posibilidad de personalizarlo, escoger las materias. Tenemos un horario donde está cada día una hora asignada. Los chicos se conectan en la mañana, hacemos un repaso, luego un ensayo de 10 preguntas y finalmente se conectan en la tarde para revisarlo. La idea es ir barriendo cada semana un contenido distinto», cuenta el profesor.
El desafío de la Prueba de Transición y el futuro
La Prueba de Transición marca el fin de la Prueba de Selección Universitaria y es una bisagra entre dicho sistema y el nuevo. Según el Ministerio de Educación este cambio busca medir de mejor manera las habilidades y no solo los conocimientos de los estudiantes, y de esta forma disminuir la brecha socioeconómica de los resultados de esta medición. Con el fin de apoyar a los alumnos en esta preparación, el ministerio ha puesto a disposición su plataforma Aprendo en Línea y ha generado alianzas con los preuniversitarios Pedro de Valdivia, Cpech y Puntaje Nacional que tienen plataformas gratuitas para esto.
Sin embargo, los colegios siguen siendo el principal soporte de este proceso de preparación, donde los estudiantes reciben un apoyo directo e integral en este momento difícil. «Es un saco de ansiedades que hay que ir manejando y es super complejo echarlas al hombro para poder ir avanzando. Lo principal para mí es generar este vínculo y poder conversar con ellos. No es solo trabajar el contenido de la prueba de transición otra cosa que es importante es que nos toca el rol de orientador en este minuto», reflexiona Estefanía.
Sobre esto último en el Colegio Particular San Pedro de Quilicura han instaurado espacios de reflexión para apoyar a los estudiantes en esta difícil toma de decisiones. «Acá lo que veo mucho es que no hay apego por lo económico o por una posición social y que la vocación es muy importante. Pero por otro lado también está el sueño de la movilidad social, hay varios y varias que tienen alternativas reales de poder acceder a mejores oportunidades y existe esa cierta culpabilidad de poder aceptarla. Entonces en torno a eso fue que hicimos una reflexión en conjunto: pueden realmente ser profesionales que generen un aporte importante para el país y para su medio, principalmente», cuenta la profesora.
Las dificultades, finalmente, son vistas como parte del proceso según los alumnos. «Hay chicos que son muy responsables y asisten a todas las clases. Hay otros que no se conectan, que asisten muy poco. Ahí está el problema de la conectividad y también la motivación de ellos y sus padres. En cuanto al tema del cansancio, han dicho que está bien y entienden que se están preparando para la prueba», relata Sebastián Zunino.
