ConversemosTestimonio de José Lledó, ingeniero civil industrial de la Universidad Adolfo Ibáñez de Viña del Mar y parte del Programa de Liderazgo Colectivo de Enseña Chile. Actualmente hace clases de Matemática en el Colegio Espíritu Santo de San Antonio, Región de Valparaíso, mientras se forma en liderazgo pedagógico, personal y sistémico.
«Entré a Enseña Chile porque me di cuenta de la desigualdad que existe en el país, de las injusticias sociales y los privilegios con los que crecí y quise retribuir a la sociedad. Entendí que no estaba cómodo con algunos trabajos, que necesitaba tener un propósito para estar motivado y hacer las cosas bien. Quise aportar para poder empezar a cambiar de a poco la sociedad desde la educación.
Desde cuarto medio hasta terminar mi carrera hice clases particulares. Tuve cerca de 40 estudiantes en total. Ahí le agarre el gusto a la relación profesor-alumno, conociendo distintas personalidades, aprendiendo de la pedagogía y disfrutándola. También trabajé en un preuniversitario social y ahí me metí realmente a la sala. Conocí gente de muy escasos recursos y tuve algunas conversaciones bien profundas. Los y las estudiantes en ese tiempo se abrieron harto y fue fuerte conocer su realidad. Había que hacer algo al respecto.
En mi experiencia en Enseña Chile me di cuenta de la gran desigualdad que hay dentro de una misma sala. Dentro de un mismo curso hay muchos cursos. Es impactante y un poco frustrante para los profesores estar en esa situación porque uno quiere que todos vayan avanzando. También, está la desigualdad en temas de acceso a computadores, tener un espacio donde poder trabajar tranquilamente o el tiempo para poder aprender y no dedicándose a otras cosas. He aprendido muchísimo de los estudiantes, ellos siempre me enseñan. Aquí he reafirmado lo que quiero hacer después: aportar desde mi vereda para poder ir cambiando y mejorando este sistema educativo.
Además, la red de profesionales de Enseña Chile es bien interesante. En el círculo de personas que me rodeaba antes de entrar al programa, yo parecía el loco que hablaba de algunos temas que a nadie le interesaban. Me molestaban cosas como los problemas en educación, la desigualdad y las causas sociales. Al ingresar al programa me encontré con gente que comparte mis motivaciones y fue un impulso darme cuenta de que no estoy solo en esto.
Entrar a Enseña Chile es una decisión compleja, pero me sirvió hablar con personas que ya eran parte de esto. Al final más que un tema vocacional o de convicción, si uno no está cómodo con el ambiente en el que está y quiere empezar a cambiarlo para bien, tiene que tomar cartas en el asunto. Hay que querer realmente empezar a tomar acciones, no solo dejarlo en la palabra. Hay que empezar a meter las manos donde las papas queman realmente para empezar a hacer cambios».
