Este año ha sido caracterizado por un cambio drástico en la educación. Sin quererlo y como consecuencia de una pandemia global, los colegios quedaron vacíos y las clases se realizaron a distancia: guías, grabaciones, clases virtuales, programas de televisión y radio. Toda metodología era válida en este nuevo escenario.
Las desigualdades socioeconómicas quedaron más expuestas que nunca y la inequidad se mostró en implementos tecnológicos, espacios de estudio, acceso y conexión a internet, horas de estudio, autopercepción de aprendizaje, entre otros (1, 2). Aparece entonces, como una frase que constantemente se ha repetido desde mayo, ‘este fue un año perdido’. A pesar de lo anterior, la suspensión de clases presenciales nos ha permitido tomar distancia respecto a lo que se hacía rutinariamente para mirarlo desde afuera. De esta forma, se han levantado interesantes informes respecto a cómo docentes y equipos directivos han enfrentado el desafío de replantearse abruptamente sus metodologías de enseñanza. Las comunidades escolares y los tomadores de decisión han aprendido, y, por tanto, no ha sido un año perdido.
La frase del año perdido se vuelve a repetir entonces: los adultos algo aprendimos, pero los estudiantes no. Las encuestas antes mencionadas revelan parcialmente esta realidad, sobre todo para estudiantes de contextos vulnerados. A partir del estudio realizado por el CIAE (1), Bellei y otros (3) hablan del aprendizaje como el resultado de una serie de eslabones de una cadena. Si se corta uno, entonces el aprendizaje no se produciría, y en este año, la posibilidad de que uno se corte era mayor que nunca. Sin embargo, los aprendizajes de este año trascienden el contexto educativo formal, y por lo mismo, las encuestas pueden no estar percibiendo aprendizajes relevantes para niños, niñas y jóvenes. Es por esta razón que desde Enseña Chile decidimos preguntar directamente a los estudiantes qué aprendieron este año.
Convocamos a participar de este estudio a estudiantes de profesores/as de la Fundación Enseña Chile. Estudiantes de contextos vulnerados, en su mayoría de enseñanza media, de 5 regiones del país. En total participaron 24 estudiantes que asistieron a 6 entrevistas grupales de entre 3 y 4 participantes. En ellas les preguntamos sobre sus aprendizajes durante el año, qué aspectos de la educación a distancia mantendrían y qué extrañaron de su educación presencial. Lo que se presenta a continuación, es la categorización a partir del análisis de las respuestas de los y las estudiantes permitieron encontrar 10 aprendizajes que estos tuvieron durante la pandemia.