Aprender desde el error y el diálogo con los estudiantes - Enseña Chile
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Daniela Valencia, profesora de Enseña Chile en el Colegio Jorge Alessandri Rodríguez de Renca, comenzó este año escolar llena de ideas y proyectos. Es su primera vez enseñando Matemática a alumnos de séptimo básico a primero medio y, como todos, no esperaba que se suspendieran las clases a solo dos semanas de haber comenzado. Por eso, de inmediato comenzó a buscar opciones para seguir levantando oportunidades de aprendizaje para sus estudiantes, pero no todo salió como esperaba.

Durante esos primeros días con el colegio cerrado, Daniela levantó un proyecto en el que invitaba a sus alumnos de primero medio a investigar y trabajar con datos, jugando a ser parte del “grupo asesor” del gobierno en el contexto de la crisis por Covid-19. «La idea nació hace unas poquitas semanas después de que entráramos en cuarentena a modo de hacer algo diferente a la típica guía que se estaba mandando. Quería hacer algo que tuviera que ver con lo que estaba pasando, sobre todo con el enfoque de desarrollar habilidades», cuenta Daniela.

Investigó, buscó apoyo en su mentora de Enseña Chile y recibió retroalimentación del subdirector del colegio, pero no preguntó a sus estudiantes qué pensaban de la idea. Tras dos semanas de preparación, el 6 de abril lo presentó en su aula virtual y comenzaron a trabajar. El modelo consideraba una etapa “cero”, donde los estudiantes debían familiarizarse con Google Site, plataforma que usarían durante el proyecto. Luego, vino la primera etapa de “reflexión y diagnóstico”, donde los estudiantes debían levantar información. Ahí surgió la alerta de que las tasas de respuesta de los estudiantes eran bastante bajas.

«En ese momento no sabía si era por el proyecto o la taza de respuesta baja del colegio y de todos los cursos. Ahí varios entregaron y me seguía conectando con ellos mostrando lo que podíamos hacer, aclarando dudas que tuvieran», dice la profesora. Todos los alumnos tenían computador y la gran mayoría cuenta con acceso a internet gracias al apoyo del colegio, así que ese no era el problema. Entonces, el proyecto fue interrumpido por las dos semanas de vacaciones que decretó el ministerio durante abril. A la vuelta, siguieron con la segunda etapa de “identificación y análisis de datos”.

«Durante esa semana comencé a recibir comentarios de mis estudiantes, primero mostrando dificultad en hacer esta segunda etapa y en general con las otras asignaturas. Comencé a dudar en qué tan satisfactorio iba a ser realizar la tercera etapa», menciona Daniela. Decidió hablar con la profesora jefe del curso para que preguntara a sus alumnos sobre este problema. «Los que lo estaban haciendo, bien, pero el resto no veía cómo se relacionaba el proyecto con la Matemática y ya se sentían muy agobiados con el tema del Covid-19, seguir ahondando más en todo esto les provocaba más angustia y ansiedad», recuerda la profesora.

Recién ahí cayó en cuenta de lo poco participativo que había sido el proceso de preparación del proyecto y en los problemas que apuntaron sus estudiantes. Así tomó la decisión de no continuar, agradeció a los alumnos que se habían sumado al proyecto y explicó las razones de su suspensión. «Estamos acostumbrados a que Matemática es resolver un ejercicio y nada más. Fue un aprendizaje que dejó el proyecto para mí y para ellos. También la importancia de escuchar a mis estudiantes, crear las instancias de tener retroalimentación, que me dejen sus comentarios. A pesar de que no fue lo que esperaba en un principio, siento que igual trajo cosas buenas», reflexiona Daniela.

Finalmente conversó con sus estudiantes y con profesores que hacen clases en el mismo nivel, escuchó inquietudes y propuso una nueva forma de trabajo basado en juegos y desafíos. Los estudiantes han mostrado mucho más interesados que antes en participar y conectarse a las clases. «Yo creo que igual la situación actual en la que nos encontramos todos me hizo precipitarme un poco a la envergadura del proyecto y también estar en mi primer año influye. Uno quiere hacer todo y todo parece bueno y entretenido, hay que escoger lo que uno hace y desde el principio escuchar a los alumnos», concluye la profesora.

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