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El contexto de pandemia y su consecuencia de una escuela a distancia nos mueve a buscar alternativas para desarrollo de aprendizajes que tengan como base la autonomía de los estudiantes.
La metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) busca proponer desafíos contextualizados a su vida donde los estudiantes son protagonistas en su proceso de aprendizaje, moviendo el centro del conocimiento del docente al estudiante. Para hacer esto, se requiere un proceso de planificación que pueda articular objetivos de aprendizajes, secuenciar etapas, construir indicadores de evaluación y determinar actividades y productos.
Idealmente el ABP se entiende desde la interdisciplinariedad y la colaboración de docentes, lo que requiere condiciones institucionales vinculadas al tiempo de planificación conjunta. También, en su ideal, los estudiantes deberían colaborar en los proyectos con un docente que los vaya acompañando clase a clase. Sin embargo, y entendiendo que no vivimos tiempos ideales, se pueden rescatar etapas relevantes para un ABP simplificado pero mantenga lo esencial: un proyecto que sea atractivo y desafiante para que los estudiantes. La primera etapa es la presentación de los objetivos del proyecto y la consiguiente motivación que se requiere para que los estudiantes quieran elaborarlo. El segundo momento es la indagación donde el estudiante, de forma autónoma, busca resolver el desafío propuesto por el docente. Finalmente, se propone una fase de comunicación, donde los estudiantes muestran de alguna forma visible el producto de su trabajo/investigación.
Ciertamente el contexto de educación a distancia hace más difícil trabajar en un ABP ideal, pero los proyectos, y la relevancia que dan a la autonomía y al interés de los estudiantes, aparecen como una buena metodología para intentar en estos tiempos de pandemia.