Testimonio de Consuelo Fuenzalida, profesora de Enseña Chile que hace clases de Matemáticas en el Instituto Comercial de Valdivia, Región de Los Ríos. Ella es ingeniera civil matemática de la Pontificia Universidad Católica de Chile y se encuentra cursando el segundo año del Programa de Liderazgo Colectivo, donde recibe formación en liderazgo pedagógico, personal y sistémico mientras trabaja como profesora a tiempo completo en contexto de alta vulnerabilidad.
«Cuando en marzo me di cuenta que la educación a distancia venía para largo, comencé a contactar a mis estudiantes para diseñar las clases virtuales. Al principio fue difícil, había poca orientación y no teníamos muy claro cuánto iba a durar este formato, pero día a día más estudiantes se comenzaron a unir a esta modalidad. Hoy me reúno con ellos tres veces a la semana y funcionamos en base a clases online y tareas.
Uno de los principales desafíos de este sistema ha sido buscar una nueva forma de captar la atención de los y las jóvenes y de alguna manera hacer que las clases fueran más atractivas, dinámicas y participativas. A partir de la realidad de mis estudiantes y de lo que a ellos les acomodaba, busqué estrategias que funcionaran para ellos y tuve que aprender en base a mucha prueba y error.
Veo este proceso de educación a distancia como una oportunidad única de participar en primera persona de un gran cambio en la educación: la revolución tecnológica. Haberlo conocido y vivido me ha enseñado a estar siempre dispuesta y abierta a seguir aprendiendo. He comenzado a valorar esa disposición constante a fallar y cambiar el estilo de mi clase. Esto es algo nuevo para todos y creo que para que funcione hay que estar muy convencidos de que los y las estudiantes pueden seguir aprendiendo en este contexto.
Tener esa convicción me ha servido para salir adelante. La educación a distancia no reemplaza las clases presenciales, pero sí tiene muchas ventajas, por ejemplo, dando voz a estudiantes más tímidos que no se atrevían a responder y equivocarse. Ahora todos pueden dar su opinión más fácilmente y todos pueden participar si usamos las herramientas correctas. Podemos sacar mucho a partir de esa mentalidad de que sí se puede seguir aprendiendo y de que esto no nos va a frenar»