Ambos coincidieron en el colegio Polivalente Cardenal José María Caro, en La Pintana, en la región Metropolitana el 2011 y 2012. James Leiva fue estudiante de Administración y Matemáticas de Fernanda Maturana, quien en su último año de su etapa escolar, fue su profesora jefe.
Hoy con 29 años, James Leiva, recuerda con especial cariño a Fernanda Maturana, Bernardita Yuraszeck y Florencia Mingo, profesoras de Enseña Chile que trabajaron en su colegio. A ellas las describe como “unas profesoras excelentes, aguerridas y comprometidas”.
- ¿Actualmente qué haces?
Trabajo en un Call Center para ganarme la vida, pero me apasiona el arte. Hoy práctico y estudio por mi cuenta escritura y poesía, dibujo y música. Hace un par de años publiqué un libro en España llamado «Todas Nuestras Mentiras» junto a un grupo hispano-chileno llamado Locuras y Cía. Lamentablemente aún no ha llegado en su formato físico a Chile.
- ¿Qué te inspiró de tu profesora de Enseña, Fernanda Maturana?
Una enseñanza que me quedó para siempre fue que, para cambiar la vida de alguien, en ocasiones, no hace falta de mucho, a veces solo se necesita la palabra adecuada en el momento indicado, y escuchar de verdad, hacer sentir a la otra persona que en realidad te importa lo que pase con ella, aunque nadie más lo crea.
- ¿En qué consideras que influyó en tu formación escolar?
La verdad es que no lo tengo claro, pero la influencia del proyecto Enseña Chile va mucho más allá de lo que pasa en el aula. En los años que ellas fueron mis profesoras yo estaba en rehabilitación de alcohol y drogas, mi familia era muy disfuncional y mis amigos consumían drogas cada vez más duras. En ese contexto, llegar a un lugar dónde me respetaban y brindaban el mismo trato que a todos me “recargaba las pilas” para soportar todo lo que pasaba después. Recuerdo que, en una actividad de fin de año, la profesora Fernanda Maturana nos dijo lo bueno que ella veía en cada uno de nosotros, fueron cosas muy bonitas, a mí me dijo que tenía un poder de abstracción impresionante. Esa frase me ha acompañado desde entonces y me ayuda cada vez que me siento a crear y a soñar. Hay un lugar especial en mi corazón para ese momento. Parece que al final las profesoras de Enseña Chile sí influyeron en lo que me apasiona.
- ¿Consideras que tengan algún valor/sello especial? ¿Por qué?
De cierta forma he ido redundando en esto, porque su sello es el respeto y el compromiso. Estoy más que seguro que muchas veces las profesoras quisieron quedarse en sus casas o buscarse un trabajo dónde ejercieran sus carreras, o simplemente no salir a pasar frío en un colegio ubicado al otro lado de la ciudad, pero aun así llegaron, siempre llegaron. Me acuerdo de la profesora Bernardita (Yuraszeck) que se quedó varias veces a explicarnos la materia, y la profesora Florencia (Mingo) que también se quedaba mucho rato conmigo después de clases a orientarme, ya que también quería ser psicólogo por aquellos años. Y todo esto incluso traspasó las horas de clase. La profesora Fernanda (Maturana) incluso nos invitó a su matrimonio, fue hermoso. Sabíamos que ella estaba para nosotros, ante todo, ese es el sello.
Fernanda Maturana: “Lo recuerdo con mucho cariño como alguien muy maduro y profundo para la edad que tenía”
Al preguntarle a Fernanda Maturana (36 años) sobre James, ella lo recuerda como un estudiante “súper respetuoso, desde el día uno. Era súper curioso y mostraba ganas de aprender, de superarse. Era de los que más preguntaba en clases hasta que entendía todo, sino no se quedaba tranquilo. Era cariñoso con todos y alegre. Muy bueno para bailar y con sentido del humor”.
"Lo recuerdo con mucho cariño como alguien muy maduro y profundo para la edad que tenía. Con dudas y cuestionamientos existenciales, pero a la vez liviano y chistoso. Muy inteligente y pillo”, concluye.