Conversemos
Testimonio de Marión Godoy, licenciada en Ciencias biológicas de la Universidad de Antofagasta y egresada del Programa de Liderazgo Colectivo de Enseña Chile Tarapacá. Hizo clases de Biología en el Colegio Nirvana de Alto Hospicio, mientras recibía formación en liderazgo pedagógico, personal y sistémico. Actualmente trabaja como profesora de Ciencias Naturales en la Escuela Ignacio Carrera Pinto de Vallenar, Región de Atacama.
«La razón por la cual me interesó Enseña Chile fue porque llevaba un tiempo pensando en el tema de la educación. Personalmente la idea de trabajar en colegios me venía dando vueltas. Soy bióloga de formación, llevaba un tiempo investigando en laboratorios de Antofagasta y tuve un cuestionamiento interno: Sentía que sabía mucho de biología y pensaba que sería importante compartir esos conocimientos. En la academia y en la universidad uno comparte la información con un mismo grupo de gente bien reducido y no hay mayor expansión, es una élite que está mirado desde arriba y no se baja ese conocimiento a fines más concretos. Entonces quería compartirlo con más personas para que se pudieran interesar tanto como yo en la ciencia.
Además, la universidad donde yo trabajaba tiene un convenio con un colegio en donde profesores universitarios hacen clases a la enseñanza media y esos alumnos pueden visitar los laboratorios de la universidad. Ahí pueden realizar experimentos o llevar a cabo una pequeña investigación de un periodo de tiempo de un mes. Pero es un colegio pagado y con una muy alta mensualidad. Entonces, a este laboratorio donde yo trabajaba, llegó una niña de 16 años que estaba muy motivada con la ciencia. Hacía preguntas, metía mano en los experimentos e incluso nos ayudaba cuando estábamos preparando paper, una tesis de magister o doctoral. Yo pensaba que la alumna tenía una linda oportunidad de estar en ese colegio y vivir esas cosas. Pensé que sería bueno que todos tuvieran esa posibilidad. Ahí hice el clic y me pregunté qué estoy haciendo yo, personalmente, para poder acercar la ciencia a todos los niños, niñas y adolescentes.
Así ingresé al Programa de Liderazgo Colectivo de Enseña Chile. Trabajar ahí me aportó un nuevo punto de vista, el de pensar en el trabajo en red constantemente. Yo como científica siempre trabajo colaborativamente, en mi área la labor nunca es unipersonal, pero muchas veces el círculo es reducido y hermético. La fundación me enseñó el valor de trabajar con otros, primero porque nos desahoga, pero también porque es más entretenido y van surgiendo más ideas. Es super interesante compartir conocimiento e incluso es una forma de aprendizaje. Desde ese punto de vista, independiente del trabajo en el que esté, siempre va a quedar en mi esa marca.
Esta experiencia me permitió también volver a Iquique, ciudad en la que nací. Tarapacá, y sobre todo Alto Hospicio, está super estigmatizado por la pobreza, las tomas, la basura y por un montón de otras cosas, pero una vez que uno está en la región se da cuenta que hay un sentido de pertenencia de los habitantes de ahí que se siente muy alejado de lo que se muestra o se percibe de la región. Las problemáticas que hay en la zona central no son las mismas que hay en el norte porque es una región multicultural: te vas a encontrar con niñas, niños y adolescentes que vienen de Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia e incluso de la misma región, pero de distinta etnia, que tampoco se consideran ni iquiqueños ni hospicianos porque son niños del altiplano. Todos esos niños conviven porque siempre ha sido así y no hay nada extraño. Vivir esa experiencia como docente te enriquece mucho, te ayuda a sacar prejuicios y a aprender a enseñar en base a esa multiculturalidad. Al ser una región que está aislada obliga a que, si no nos colaboran desde fuera, tenemos que colaborarnos entre nosotros».
