Matías Amunategui escuchó sobre Enseña Chile mientras estaba en la universidad estudiando Ingeniería Civil Industrial, cuando amigos de un voluntariado en el que había participado anteriormente, le hablaron sobre la fundación y despertaron un interés. Luego de trabajar casi cinco años en otro rubro, la idea de dedicarse a la educación volvió a surgir. “Mi trabajo no estaba siendo trascendente. Me desmotivaba el pensar que pasaba muchas horas de la semana trabajando y que ese trabajo solo me beneficiaba a mí”, comenta.
Fue ese el momento en el que decidió postular a Enseña Chile y unirse al desafío de cambiar la educación en el país. “Pensaba en la sala de clases, en entregar herramientas, conocimientos y habilidades a los estudiantes para poder ayudarlos a hacer un cambio en su trayectoria de vida, o poder de estar un poco más cerca de sus sueños", confiesa.
Su experiencia, según cuenta, no ha sido nada fácil, pero sí ha sido profundamente transformadora. “Llegué con muchos nervios a la sala de clases", admite, “con miedo de no poder conectar con los estudiantes o no saber hacer llegar los contenidos de forma correcta”. Su visión de profesor era estricta y rígida, centrada en lo académico y en lo estructurado, algo que rápidamente tuvo que cambiar al darse cuenta de que la realidad de sus estudiantes era completamente distinta.
“En mi afán perfeccionista de intentar cubrir todos los contenidos faltantes, más los nuevos contenidos, llevé a mis cursos a un nivel de estrés y rechazo a mi persona", declara. “Mis estudiantes no me querían ver más”. Fue ahí cuando el apoyo de la red de Enseña Chile, a través de su mentora, fue clave para poder redirigir sus clases adaptándolas al ritmo y realidad de sus estudiantes. “Cambié clases teóricas por actividades experimentales o trabajos grupales y me propuse como foco empezar a trabajar en el vínculo con los estudiantes, en desarrollar métodos de estudio y habilidades socioemocionales. Este cambio de estilo lo transformó todo”.
Estas vivencias en la sala de clases le han enseñado no solo a encontrar diferentes maneras de transmitir conocimientos, sino también a trabajar el liderazgo de manera transversal para encender un propósito en sus estudiantes. "Generar interés, propósito y ganas de estar ahí a treinta estudiantes que tienen diferentes gustos, intereses, personalidades y formas de expresión, es un desafío de liderazgo que se presenta todos los días. ¿Cómo guío a este grupo de personas tan heterogéneo para que encuentre la solución esperada por sí mismos? Esta interrogante se responde y se replantea una y otra vez”, narra.
Para Matías el ingreso al programa significó una mudanza de Valparaíso a Quellón, en la Región de Los Lagos. En su ciudad de origen estaba acostumbrado a una vida llena de teatro, arte y moda, realidad que no encontró en la Isla de Chiloé. “Sin embargo, ante el desafío de llevar educación de calidad a todos los niños y niñas de Chile, consideré que era necesario partir por descentralizar la educación, lo que me llevó a dejar todo atrás y partir una aventura en la Región de Los Lagos". Según cuenta, el cambio fue radical, pero afortunadamente encontró en Quellón una oportunidad para crear cultura colaborando con actores y artistas locales.
En esa misma línea, buscando incorporar parte de sí mismo en esta nueva residencia, Matías implementó un taller de mindfulness y regulación emocional en el colegio donde se desempeña como docente. “Quiero que mis estudiantes sean capaces de aceptar sus emociones, comprender qué las producen y saber cómo transmitirlas a los demás, para así mejorar la convivencia con el entorno y generar un ambiente de aprendizaje que sea nutritivo para todos”, cuenta.
Cuando le preguntan qué le diría a alguien que está pensando en postular a Enseña Chile, su mensaje es claro: “Es un tremendo desafío. Vas a tener mucho que hacer y mucho que estudiar en poco tiempo, pero, ante todo vas a ser parte de una experiencia extremadamente enriquecedora”, asegura. Además, revela que podrán ser parte de un grupo humano que tiene un desafío enorme, como lo es lograr educación de calidad. "Pero este sueño lo trabajamos entre todos. Poco a poco, con un granito de arena a la vez”, cierra.