El periodista está viviendo los primeros meses de su experiencia en el programa de Enseña Chile, al que se incorporó en marzo y que lo hizo mudarse desde Concepción a la Región de Valparaíso como profesor de Lenguaje y Comunicación.
Conoció la fundación mediante redes sociales y, tras investigar sobre ella y ver testimonios de otros profesionales, se convenció de postular y apostar por contribuir a la mejora de la educación en Chile.
Luego de cuatro años trabajando en la Universidad San Sebastián de Concepción como periodista, Matías no dudó en tomar sus cosas, irse a otra ciudad y tomar la oportunidad de ser parte del programa de formación: “Esta decisión la tomé, porque siempre he pensado que puedo aportar desde mis conocimientos y experiencia periodística en la educación de niños y adolescentes”.
Si bien lleva solo han pasado un par de meses desde su ingreso al programa, Matías asegura que su experiencia como profesor de lenguaje en el Colegio Papa Juan Pablo II de San Antonio ha sido buena, pero también muy desafiante. “Desde que llegué a mi colegio, los mentores y coordinadores regionales se han preocupado por informarme y saber cómo estoy. Además, los encuentros regionales son una excelente oportunidad para compartir ideas y comprender en qué áreas se puede mejorar y en cuáles uno está bien”, relató.
La Escuela de Verano de Enseña Chile es una etapa formativa en la que los nuevos integrantes del programa se reúnen durante unas semanas para conocer y comprender diferentes competencias pedagógicas que les serán útiles cuando lleguen a clase. Para Matías, esta experiencia tuvo muchos elementos a destacar, sobre todo, relacionadas a la reflexión de situaciones personales vinculadas a la educación, que cada uno de los nuevos profesores había tenido.
“La que más recuerdo fue una actividad en el gimnasio; debíamos dar un paso hacia adelante si habíamos, por ejemplo, estudiado en el extranjero o comprado un departamento, etc. A mí lo que me gustó de eso fue que, más allá de las diferencias económicas o de las decisiones que hemos tomado, podemos trabajar unidos y con buena onda por un país mejor que beneficie a los niños y adolescentes”, compartió.
Tras haberse incorporado a un establecimiento el pasado abril y lograr conocer el trabajo en las aulas, Matías tiene expectativas muy positivas para los casi dos años de programa que le quedan. “Con el tiempo que llevo, puedo decir que me iré con un crecimiento humano y profesional gigantesco que me permitirá enfrentar los desafíos de una manera diferente, cuyo foco será siempre el ser humano. Lo que sí es seguro, es que quiero seguir trabajando por la educación de este país”, concluyó.