Cuando Camila Castillo, profesora de Enseña Chile, conoció a su curso de jefatura en marzo de 2018 notó de inmediato algo raro en la sala. Eran 10 estudiantes de tercero medio, ocho mujeres y dos hombres, que sacarían la especialidad de administración en el Liceo República Argentina de Coyhaique. Le habían advertido que el curso era complicado, pero recién ahí entendió la dificultad: había una tensión muy grande, odiosidades y malos tratos entre los alumnos.
«Me di cuenta de que peleaban demasiado los chicos, se llevaban muy mal a pesar de que algunos estaban desde prekinder en la misma sala de clases. No se respetaban, se notaba mucho el mal clima y el mal comportamiento», recuerda Camila.
Después de haber detectado el problema comenzó a estudiar y reflexionar sobre cómo podía mejorar el ambiente del curso. «Primero, senté cabeza en que para comenzar a hacer algo con el curso teníamos que aprender normas básicas, valores como el respeto, la solidaridad, cosas que se tenían que haber trabajado antes pero no se logró con ellos», cuenta.
Con esa convicción comenzaron a realizar talleres de resolución de conflicto y trabajo en equipo en la hora de orientación. También en las clases de Administración estos elementos se tomaban como la base para un buen desempeño y ante cualquier problema la profesora paraba y conversaba hasta solucionarlo. Incluso Camila trabajó el tema en un taller con los apoderados, porque en sus reuniones también se notaba la tensión que existía en el curso.
El cambio comenzó a dar frutos dos meses después de que implementara estas medidas. «En mayo ya podíamos hacer actividades en beneficio para el curso. No había discusiones, se organizaban altiro y todos tomaban responsabilidades. Ahora les gusta juntarse, hacer convivencias. Se dieron cuenta que tenían muchas cosas en común y que sus diferencias los hacía ser especiales», relata la profesora.
Este logro se vio reflejado en la encuesta 7C, medición aplicada a todos los profesores de Enseña Chile y que mide siete dimensiones de ambiente de aula que se relacionan de forma positiva con el aprendizaje. En la muestra de mediados de 2019, Camila consiguió uno de los mejores resultados de la red en las dimensiones de ‘concede’ y ‘cuida’, vinculadas con el desarrollo de habilidades socioemocionales.
Su curso salió de cuarto medio este año y Camila está orgullosa del trabajo que realizó con ellos y de los aprendizajes que todos juntos levantaron de esta experiencia. «Cuando uno trabaja en equipo se logran cosas más grandes y para eso es fundamental respetarse y ser tolerantes. A nivel de sociedad es lo que se necesita y se refleja en todo lo que está pasando hoy», reflexiona.