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«Venirme para acá fue un gran cambio, algo que no podía dimensionar y que ahora recién logro digerir y explicar muchas cosas que durante el transcurso del año no les pude tomar el peso», reflexiona Ignacio Droguett, profesor de Enseña Chile quien a fines de 2018 se fue a vivir a Cañete desde Concepción para trabajar en el Liceo Multicultural Claudio Flores Soto en el sector de Cerro Alto de Los Álamos.
Esta comuna se encuentra a 120 kilómetros al sur de Concepción en la Región del Biobío y tiene 21 mil habitantes. Un 27% de los habitantes declara tener ascendencia Mapuche y su principal actividad económica es la industria forestal. En total hay 16 colegios en la comuna y en promedio sus estudiantes lograron 471 puntos en la PSU de Matemática y Lenguaje en 2016.
En el liceo en el que trabaja Ignacio más del 90% de los estudiantes están clasificados en un alto índice de vulnerabilidad escolar. Él, bioquímico de la Universidad de Concepción, nunca se había enfrentado a una realidad así. «Hay un porcentaje de niños que logra llegar a la educación superior pero el grueso está estancado en un círculo de pobreza muy fuerte, con muy bajas expectativas», asegura el profesor.
Ignacio ya lleva un año en el colegio haciendo clases de Química y Biología a los estudiantes de enseñanza media. Está en la mitad del Programa de Liderazgo Colectivo de Enseña Chile y su foco para el próximo año es mejorar el aprendizaje de sus estudiantes e inspirarlos. «El desafío está en cómo despiertas el interés por aprender en estos chicos que están aburridos. Todo se reduce a eso, a cómo incentivas las ganas de ir más allá del contenido curricular», asegura el profesor.
A pesar de las dificultades, Ignacio agradece a la comunidad educativa en la que se encuentra por entregar oportunidades a los estudiantes. «Sé que estoy en el mejor lugar donde puedo estar, en un liceo que rompe con los esquemas. Por ejemplo, permite a los chicos salir del país a través de un programa y ellos, con las vivencias que traen de vuelta, se dan cuenta que pueden cambiar su realidad. Además, el colegio trae estudiantes extranjeros, chinos, tailandeses, alemanes y así les abre el mundo a sus estudiantes», afirma Ignacio.
