Enseña Chile
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Estudiantes de la especialidad de Contabilidad del Liceo Particular Los Andes de San Pedro de la Paz, Región del Biobío, han aprovechado este año para aprender de una forma diferente. Se cuestionaron, a través de una iniciativa de Aprendizaje basado en proyectos (ABP), cuál podría ser su “perfil contable”, es decir, qué esperaban construir para sí mismos a partir de los aprendizajes que les proporcionaba su especialidad Técnico Profesional (TP)Este proyecto, que mezcla los contenidos de la especialidad con la orientación vocacional, se ha dividido en tres partes: entrevistas y encuestas a contadores, un trabajo real de balances contables con un software especializado y finalmente un informe que diera cuenta del proceso, donde construyen un proyecto de vida y publican la evidencia de su avance. 

La idea había surgido cuando al inicio de la pandemia el profesor de Enseña Chile Samuel Belmar, que hace clases de Contabilidad en el liceo, vio en sus estudiantes una necesidad de apoyo especial en su último año, enfocado en entregar propósito a sus aprendizajes«Los y las estudiantes comenzaron a tener mucha incertidumbre por el tema de la pandemia y el cuarto medio ya es abrumador por sí solo. Entonces comenzaron las preguntas: ‘Profesor, ¿qué vamos a hacer con la práctica? ¿Qué va a pasar con el tema de la salida de cuarto medio?’. También decían: ‘Siento que no voy a aprender nada, siento que no sé nada’.  Llegó un punto en que yo no tenía respuestas. Ahí comenzamos a figurar esta idea de cómo acercarlos a la realidad contable mediante una experiencia que considerara las limitaciones de la pandemia», explica el docente.  

«Al principio sentía mucha intriga sobre de qué se iba a tratar el proyecto porque solnos entregaron un plan global. Eso era emocionante y estaba un poco nervioso igual porque no sabíamos a qué nos íbamos a enfrentar. Recién llevábamos un año de Contabilidad y con todo esto de la pandemia nos anduvimos estresando un poco y el proyecto era lo que me iba a dar ese siguiente paso hacia la real contabilidad que teníamos que hacer a fin de año», cuenta Fernanda Román, estudiante que participó del proyecto, sobre sus expectativas del mismo a principio de año.  

En total son nueve alumnos quienes están trabajando con esta modalidad, que es extra a sus asignaturas tradicionales. Actualmente se encuentran en la segunda etapa del proyecto y ya rescatan algunos aprendizajes. «Nos ha llevado bastante a organizar nuestros horarios, ya que antes los teníamos hechos. Hemos aprendido más sobre cómo llevar proyectos, porque se nos han presentado varias dificultades. No siempre el primer intento nos ha funcionado. De repente tenemos que buscar otras formas y ahí es cuando los profesores nos dan apoyo», rescata Génesis Ramírez, otra de las estudiantes que es parte de la iniciativa.  

«Cuando partí clases el año pasado, para muchos alumnos el TP era una carta de salida. Ahí comenzamos a trabajar con una colega para cambiar ese foco y que lo vieran como el punto de inicio. Para mí este proyecto busca que ellos realmente puedan evaluar cómo su especialidad les va a afectar y cómo ellos van a construir su vida a través de un proceso donde tienen que reflexionar bastante sobre cada paso que dan: desde el cansancio que sientan y la flojera, hasta la emoción cuando las cosas resultan y obtienen lo esperado», explica el profesor Samuel«Con este proyecto más que estudiantes, más que contadores, estamos formando personas que se están construyendo de cara a un futuro incierto para todos, pero sin miedo. Sin ese ánimo de detenerse o de resignarse a lo que les tocó en su contexto, sino que tomando una decisión y construyendo un proyecto de vida. No lo que les tocó vivir, no lo que les regalaron, sino lo que ellos quieren hacer», agrega el docente. 

Según lo esperado, el proyecto ha potenciado conocimientos y habilidades transversales en los estudiantes, por lo que los profesores ya están trabajando en cómo mejorar el modelo para continuar implementándolo el próximo año. «Es una manera muy distinta de enseñar y uno aprende bastante porque vamos desarrollando la autonomía, aprendiendo por nuestra cuenta. Ya no necesitamos estar con alguien que nos diga: ‘haz esto o haz lo otro. Es algo muy bonito, una experiencia que les recomendaría a todos mis compañeros del TP, totalmente», concluye Ángel Echeverria, otro de los estudiantes de contabilidad del liceo, sobre esta experiencia.  

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