A sus 32 años, Betzabé Figueroa enseña matemáticas en el Colegio Monte Olivo de Puente Alto. Fue mamá recientemente, es sobreviviente de un grave accidente y primera generación universitaria en su familia. Su historia es la de alguien que, pese a todas las dificultades, decidió seguir adelante con su vocación por la educación sin ninguna excusa.
¿Cómo fue tu camino hasta llegar a ser profesora?
Salí hace tres años de la universidad, porque hice turismo universitario. Me cambié dos veces de carrera. Estudié Farmacia en la Universidad de Chile, Actuación en el Duoc y Pedagogía en Matemáticas en la Universidad Católica.
No tuve mucha dirección para decidir, porque soy primera generación de universitarios en mi casa. Soy de Puente Alto, nacida y criada.
¿Qué te impulsó a decidir por pedagogía?
Me gustaba enseñar desde chica. Desde primero medio hacía clases particulares, pero nunca se me pasó por la cabeza que podía ser profe. Elegí matemáticas porque era lo que se me daba más fácil, pero lo que más me importaba era enseñar.
Me demoré en salir porque tuve problemas de salud. Fue un periodo muy accidentado. Nos tuvimos que ir de la casa, estuvimos viviendo siete meses en una bodega. Mi papá falleció. Después me dio depresión, vino el estallido social y la pandemia.
¿Qué pasó con tu accidente?
El 24 de diciembre de 2019 salimos a repartir dulces en una población de Puente Alto. El auto se volcó y se generó el efecto látigo. Mi cabeza se azotó y una de mis cervicales se fracturó. Al comprimir la médula, perdí la movilidad del lado derecho. Me operaron el 25 de diciembre. El mejor pronóstico era silla de ruedas.
¿Y el proceso de recuperación?
Veíamos rayos de esperanza con cada avance. Me rehabilité caminando en barras paralelas. Hubo mucha frustración, pero también constancia. Mi pololo en ese entonces -y actual marido-, me hacía caminar, escribir con tiza, pasar porotos de una taza a otra. Al mes me paraba y daba pasos. El brazo tomó más tiempo, fueron al menos dos años para levantarlo en 90 grados.
¿Y cómo fue retomar los estudios?
Volví a la universidad en 2021, con clases virtuales y luego híbridas. Egresé en 2022 y el 2023 entré a Enseña Chile. Me casé ese mismo año y en 2024 nació mi guagua, Abigail.
¿Cómo conociste Enseña Chile?
Antes de entrar a pedagogía conocí a Elías Burgos, alumni 2017. Íbamos a la misma iglesia. Me hablaba de Enseña Chile y yo lo encontraba bacán. Cuando estaba en el último año de carrera le pregunté más y me metió en la postulación. Quedé en julio y partí en enero del año siguiente.
¿Tuviste dudas al entrar al programa?
Me dio miedo porque era mi primer año siendo profe, pero al menos pensé que tendría apoyo para saber cómo mejorar. Y la experiencia ha sido demasiado bacán. He amado hacer clases. El apoyo de Enseña Chile me ayudó a mejorar harto. Me quedé en el colegio y no pienso irme.
¿Cómo ha sido tu vínculo con los estudiantes?
Me identifico harto con ellos. Los chiquillos se dan cuenta de que no soy una profesora ajena a su realidad. No vivo lo mismo que ellos, pero logro comprender que viven situaciones complejas. En mi primer año, me destacaron porque conecté con un curso en un mes. Ese definitivamente era mi lugar, solo que me di una vuelta más larga.
¿Qué le dirías a alguien que está pensando en postular a Enseña Chile?
Que no lo dude. La oportunidad de aprendizaje es tremenda. Se aprende de distintas áreas, desde lo personal hasta lo colectivo. En lo personal, mi principal aprendizaje fue darme cuenta de que tengo habilidades que me sirven como profesora. En lo sistémico, hay que trabajar en la estigmatización que enfrentan los estudiantes. Necesitan ver gente que crea en ellos.
¿Cómo miras hacia adelante?
Me gustaría seguir vinculada con Enseña Chile, aunque me fuera al sur. También me gustaría seguir compartiendo mi historia. Para mí, ha sido bacán poder devolver un poco lo que profes míos sembraron en mí. Confiaron en mí, me ayudaron a surgir y hoy yo trato de hacer lo mismo.
No se los digo desde la frase inspiradora, sino porque de verdad lo viví. Y creo que es posible.

Last modified: junio 30, 2025