Enseña Chile
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Titulada como ingeniera comercial de la Universidad Católica, Fiorella fue parte de TECHO-Chile durante sus estudios y, como ella misma menciona, tener ese contacto directo con la desigualdad le hizo entender que el acceso a educación de calidad podría haber hecho la diferencia para muchas personas. Con eso en mente, participó de una charla de Enseña Chile donde conoció el programa. “En ese momento supe que quería dedicarme a la educación, pero no podía hacerlo si no conocía la sala de clases”, declara. 

- ¿Cómo fue tu experiencia realizando el programa? 

Fue cruda y al mismo tiempo emocionante. Los podría considerar los años más intensos creo que de mi vida hasta ese minuto. Recién salida de la universidad, era profesora de niños que tenían 20 años algunos, porque el colegio en el que trabajé era donde llegaban muchos estudiantes que no encontraban matrícula en ningún otro lugar y que en muchos casos no tenían expectativas de sus vidas ni de ellos mismos. También me rompió la burbuja de la idealización que tenemos de la pobreza, porque hay mucha violencia. Yo les hablaba de la universidad cuando había estudiantes que vivían una vida totalmente diferente y entender eso fue una experiencia que me hizo bajar del pedestal en el que estaba, porque uno llega como voy a salvar el mundo y muchas veces no es así, sobre todo los dos primeros semestres. 

El primer año es una prueba y tienes que validarte, pero la única manera de hacerlo es que los estudiantes te vean comprometido y que sepan que vas a estar ahí. Mi segundo año fue distinto, porque pude cosechar el esfuerzo. En ese momento ves cómo estos niños que no están acostumbrados a querer a nadie, porque muchas de sus figuras los han decepcionado, se entregan a quererte. Y bueno, hasta el día de hoy mantengo el contacto con muchos de ellos.  

- ¿Qué competencias crees que desarrollaste siendo profesora y que te acompañan hasta tu rol o cargo actual? 

Yo creo que más que desarrollar una competencia, con el programa adquieres una nueva manera de enfrentar la vida. Cuando llegas a un colegio donde hay miles de necesidades, faltan profesores y recursos, básicamente tienes que inventar. Recuerdo que durante mi paso por la sala de clases, decidí armar el equipo de Robótica en mi colegio y sin tener ningún tipo de experiencia o conocimiento sobre el tema ahí estaba, dirigiendo un equipo. Para hacerlo pedimos ayuda a Fundación Mustakis, quienes nos prestaron sus robots. Como no teníamos con quiénes practicar, junto a otro profesor del programa coordinamos torneos online y así preparamos a los estudiantes. Casos como este se traducen en que luego de los dos años haciendo clases, sales con una sensación de podértela con todo. Suena medio agrandado, pero en realidad tienes una nueva actitud, ahora ves los problemas y dices “hay que hacerlo, vamos”, porque sabes que en otras situaciones si tú no tomas acción y te haces cargo nadie lo hará.  

Junto a una amiga fundé y hoy dirijo una fundación y creo que esa competencia de creer que es posible fue clave, porque nos juntamos en plena pandemia, levantamos los fondos y nos propusimos generar consciencia acerca de la infertilidad, que es un tema que no se habla, que incomoda y luego escribimos un libro. O sea, de cero pasamos a mil, porque simplemente creímos que se podía, y pienso que eso hace toda la diferencia. 

- ¿Crees que esta es una experiencia que cambia trayectorias profesionales y/o de vida? 

Claramente. Todos los que entramos al programa, no importa si terminamos haciendo cosas relacionadas a educación, vinculándonos a organizaciones sin fines de lucro o incluso volviendo a ejercer nuestras carreras de pregrado, volvimos con otra mirada. Yo creo que sí define, por lo que te decía: esta experiencia te rompe la burbuja y sales con una mirada mucho más real del país en el que vives, porque al final hoy día en Chile a la universidad llega un grupo muy privilegiado de jóvenes, entonces lo quieras o no, igual vives en una burbuja en la universidad y salirte un poco de eso, adquirir esta nueva perspectiva cambia en muchos casos sus trayectorias profesionales. 

- Por qué crees que alguien de tu profesión debería hacer el programa? 

Cuando uno sale a trabajar, comienza haciendo cosas chicas. Acá entras a jugar la cancha entera, porque te pasan un curso básicamente. Entonces es un golpe de responsabilidad muy importante que de otra forma no tendrías. Enseña Chile y Teach for All son organizaciones que te abren muchas puertas para estudiar. Yo no habría quedado en la universidad en la que quedé, que es la Universidad de Chicago, si no hubiera hecho el Programa Enseña Chile. Creo que es muy valorado. 

- ¿Qué le dirías a profesionales que están pensando en postular? 

Les diría que no tengan miedo, que pasa volando y que aún sido difícil, para mí fue una experiencia que valió mil por ciento la pena. 

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