Enseña Chile
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Desde la Región de Tarapacá donde acompaña a profesoras y profesores en su rol, Francisco cuenta cómo conoció la fundación, qué lo llevó a cambiar de rubro y cómo su paso por el programa cambió su trayectoria profesional. 

La fundación llegó a él por una casualidad. Titulado como Médico Veterinario en 2015 Francisco trabajaba en Buinzoo (Santiago), donde dictaba charlas sobre animales y cuidado ambiental. Mientras se encontraba en una actividad en la Plaza de la Constitución, se le acercó una persona del equipo de Búsqueda de Talento y Selección de Enseña Chile y lo invitó a postular.  

“Al indagar sobre el programa, me interesó la oportunidad de seguir ligado a educación en un trabajo con sentido e impacto social y, desde lo personal, me motivó también la oportunidad de salir de la Región Metropolitana hacia zonas más extremas, así como el desafío personal de ejercer una profesión que no fuera la mía”, cuenta Francisco. 

Su postulación fue aceptada y se trasladó a la comuna de Alto Hospicio, Región de Tarapacá, donde hizo clases de Ciencias, Biología y Química en el Colegio Nazaret, sumándose a la primera generación de profesores de la zona norte en el año 2016. Una vez en el colegio, tuvo una gran experiencia que le permitió extender su periodo de trabajo. “Estaba muy cómodo en el colegio y, al haber un curso por nivel, pude hacer clases desde 3° básico hasta 3° medio. También fui encargado de laboratorio y profesor del taller de fútbol del colegio”. 

En 2020 decidió buscar nuevos desafíos profesionales, por lo que, a pesar de estar confinado por la pandemia, postuló al cargo de Mentor de Formación en formato online. Desde entonces, Francisco ha acompañado a alrededor de 40 profesoras y profesores de la región. 

“Ser mentor es un trabajo dinámico que te mantiene en constante crecimiento, te permite trabajar con una diversidad importante de personas y comunidades escolares, aprender de ellos y enriquecerte de toda la experiencia del terreno. Por otro lado, en la fundación los mentores contamos con diferentes instancias de formación, acompañamiento y ciclos de aprendizaje, en un entorno colaborativo y muy acorde a nuestros intereses de desarrollo, lo que facilita una mejora continua en el rol, potencia constantemente nuestros talentos y las herramientas con las que apoyamos a nuestros profesores”. 

“El mentor logra ser primero un apoyo personal para los profesores. Siempre hay un grado de vinculación que permite ser un soporte y un desahogo desde lo emocional, lo que sin duda es muy útil y necesario para su experiencia. En la misma línea, se genera una confianza que permite indagar en las causas y abordar diferentes creencias, barreras y sesgos personales para dar una mayor perspectiva y sentido de posibilidad ante determinadas situaciones. De esta manera, y sumado al trabajo con evidencia, se logran reflexiones valiosas y se toman decisiones en conjunto para impactar de la mejor manera posible a los estudiantes”. 

En los siete años que Francisco lleva siendo parte de Enseña Chile, ha podido ver los cambios en materia educativa que la Región de Tarapacá ha experimentado, destacando sobre todo la mirada que las comunidades han adoptado en torno a la innovación y la educación más integral. “Si bien creo que aún son grandes y muchos los desafíos que enfrenta la educación en la región como deserción, crisis migratoria, brecha académica y muchos otros que necesitan abordarse de manera efectiva con urgencia, también he visto cómo los colegios han sido capaces de mirar más allá del currículum y buscar formas de apoyo, instancias de formación y acompañamiento en áreas como emprendimiento, robótica, desarrollo personal, pensamiento visible, educación STEM, entre varias otras áreas y acciones que sin duda potencian la calidad de la educación entregada y abren mayores oportunidades a nuestros estudiantes.  

Por último, al preguntarle cómo es la educación que sueña para las y los estudiantes, Francisco es enfático, “sueño con una educación más integral y diversa, que se adapte a los intereses y talentos individuales de los estudiantes y a los desafíos reales del futuro que van a enfrentar. Una educación que apunte hacia al desarrollo personal y que priorice el desarrollo de habilidades en las áreas más importantes de la vida como el liderazgo, las relaciones, el autoconocimiento por sobre el currículum académico y que permita a los estudiantes terminar su escolaridad con las herramientas necesarias para vivir una vida plena y con propósito”, finaliza. 

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