Enseña Chile
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PeCh 2022. Profesora de Historia, Universidad de Concepción. Enseña en el Complejo Educacional Padre Nicolás en La Araucanía.  

Josefina es oriunda de la Región del Biobío, pero criada en La Araucanía. Su abuela, profesora normalista, fue su principal inspiración para estudiar pedagogía y, haber estudiado en distintos contextos, la impulsó a querer hacer un cambio en la forma de enseñanza en Chile. Con el movimiento estudiantil de 2011, se dio cuenta que la sociedad chilena requería un cambio y, según ella, se podría lograr través de la educación.  

Postuló al Programa Enseña Chile en 2021, realizó su Escuela de Verano en Puerto Montt e ingresó a las salas de clases en marzo de 2022.  

Considerando que te formaste como docente, ¿qué diferencias ves en estudiar pedagogía y trabajar como profesora de Enseña Chile? ¿Crees que cambia la metodología?  

Las diferencias que puedo observar entre la educación universitaria como profesora y el de Enseña Chile, es que la segunda se enfoca principalmente en el acompañamiento docente y el trabajo socio-emocional en el aula. En primer lugar, el rol de las mentorías individuales y grupales impactan mucho en la práctica docente, ya que es una instancia para dialogar con otros profesores y así ampliar la visión respecto nuestra realidad observada en el aula.  

En segundo lugar, nos incentivan a perfeccionarnos en torno a habilidades socioemocionales y a promover la co-investigación de nuestra sala de clases a través de la triangulación de diferentes instrumentos para tomar decisiones en base a evidencia, tales como: las evaluaciones sumativas, formativas y aplicación de encuestas que nos permite tener en termostato la realidad de nuestros estudiantes. En tercer lugar, este desarrollo de habilidades socio-emocionales en nosotros mismos, ya que no podemos impactar y formar líderes de cambio en nuestros estudiantes si nosotros mismos nos descuidamos de nuestro mundo interno, ya que debemos cuidar a quienes son encargados de cuidar y formar personas.  

Hablando de La Clase que Soñamos (modelo pedagógico de Enseña Chile), ¿cómo has integrado este modelo en tus clases?  

Un eje esencial que se puede evidenciar en mi sala es el protagonista. En este sentido, es importante integrar a los estudiantes al proceso de co-construcción de las planificaciones para poder incentivar las altas expectativas y logro en su proceso de aprendizaje. 

Esta co-construcción fue proyectada desde el año pasado junto con mi mentora, ya que establecimos una meta socio-emocional con los cursos que se encontraban ingresando a 1º Medio: Aprender a trabajar en equipo y comunicar asertivamente cuando ocurren situaciones que no me agradan del trabajo con otras personas. En ese punto, triangulamos diversas encuestas propias de eCh, la DIA SOCIOEMOCIONAL, los resultados académicos semestrales, las anotaciones positivas, negativas, estudiantes que han tenido logro, etc. Es súper importante que pensemos nuestra práctica docente en base a la evidencia y utilizar todos los insumos que nos permite triangular la realidad de nuestros estudiantes y entregar clases vinculadas a su contexto y socializando estos resultados y propuestas.  

A su vez, el escuchar su voz en la sala de clases es mucho más valioso, porque de a poco esto se transforma en avances académicos y de autoestima personal y autoconcepto. Todos en algún momento tuvimos a alguien que consideró que no teníamos algún talento. Y cuando se trabaja en contextos vulnerables, el perseverar y creer en ellos pero reforzando en base a la evidencia permitirá a los estudiantes avanzar de a poco en sus debilidades académicas y/o personales y en sus fortalezas potenciarlas brillando a largo plazo.  

 ¿Cómo ha sido tu experiencia haciendo el programa en La Araucanía?  

Enriquecedora. El apoyo del equipo de La Araucanía y mi mentora Claudia Becchi me ha ayudado a crecer como personal y profesinalmente. Siempre menciono que, pese a ser profesora de formación, uno tiene prácticas progresivas, profesionales y perfeccionamiento en evaluación, curricular y didáctica. No obstante, siempre he considerado que la única forma de fortalecer la educación es a través del desarrollo profesional docente a través del acompañamiento al aula. En este sentido, el compromiso de las mentorías ha sido esencial. No obstante, como todo proceso de aprendizaje de requiere disposición para aplicar estas observaciones, ya que implica compromiso y perseverancia por parte de las personas para lograr ejecutar a lo largo del tiempo.  

Siempre he dicho sin Enseña Chile es probable que haya desertado de mi formación por cuestiones motivacionales, ya que la Educación es difícil y eso lo he sabido desde el día que entré a pedagogía. Por ello, considero que la labor que realiza eCh no es sólo un acompañamiento, sino que también un perfeccionamiento para todos quienes estamos en el área educacional y nos recuerda porqué llegamos acá: por las ganas de un cambio en el sistema educacional.  

Actualmente, el programa me ha ayudado muchísimo en el liderazgo sistémico sobre todo en los nuevos roles que he tenido que asumir en el liceo donde estoy pasando el programa, a parte, me ha servido para reafirmar mis ganas de continuar en la educación, descubriendo talentos personales y profesionales que impactan en el aula desde una arista nueva: el acompañamiento docente entendiendo la importancia de mentorías a otros docentes.  

Vivimos un momento con muchos desafíos educacionales, ¿cuál crees que es el que más complejiza la labor de las y los docentes en la zona sur?  

Altas tasas de vulnerabilidad socioeconómicas de los estudiantes, lo cual conlleva principalmente a tener problemas de deserción escolar, situación de violencia (económica, cultural, simbólica y física), la cual nos hace cuestionarnos cómo en estos espacios, donde predominan las zonas rurales, se encuentran naturalizadas las situaciones de violencia estructural.   

Esto conlleva que debemos lidiar con situaciones las cuales van más allá de nuestras labores docentes, y con ello, lidiar con los conflictos de exclusión y discriminación en estos espacios.  

En este sentido, cada uno de los espacios del sur de Chile tienen sus matices y sus grados de dificultad. Esto tiene que ver con las complejidades de las condiciones geográficas que tiene la zona y que esto impacta en los núcleos familiares y las oportunidades de nuestros estudiantes.  

Por el contrario, ¿cuál crees que es o son los factores que destaca a La Araucanía de otras zonas?  

Puede sonar contradictorio, pero uno de los factores que igual nos ayuda para potenciar una educación inclusiva y contextualizada es su propia diversidad socioeconómica. Si bien es un gran talón de Aquiles, también nos invita a dialogar entorno a cómo se construye nuestra sociedad, y trabajar valores fundamentales que requiere la educación en Chile: empatía, equidad e innovación, ya que pese a sus condiciones geográficas, las personas han tenido que pasar constantemente a desarrollar y resolver sus problemas de manera práctica.  

¿Qué le dirías a una persona que está pensando en postular al Programa de Enseña Chile?  

Les diría que es una oportunidad de crecimiento profesional y personal, donde encontrarán personas con la misma sintonía que ustedes. Siempre estará la palabra de aliento para poder continuar en un mundo donde las desigualdades y oportunidades se encuentran presentes en nuestro día a día. No obstante, dependerá de la voluntad de nosotros, ya que es algo que nos moviliza a generar cambios.   

Si tuvieras que definirlo en una palabra o frase, ¿cómo es la educación que sueñas para tus estudiantes?  

Una educación que permita les expandir su mundo y liberarlos de todo tipo de prejuicios. 

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