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Desde el año pasado que Juan Luis Aguilar Muñoz, director de la Escuela Pública Amanecer de Villa Los Boldos, comuna de Toltén, Región de La Araucanía, está preparado junto al equipo directivo y el cuerpo docente para recibir en sus salas de clases a sus 116 estudiantes de prekinder a octavo básico. La conectividad en su zona es escasa: Hay baja conexión a internet y no hay transporte colectivo que les permita acceder fácilmente a su alumnado. Por eso, a pesar de que casi todo este primer semestre han estado en cuarentena total, tienen como prioridad el abrir el colegio para entregar oportunidades de aprendizaje y alimentación a sus niños, niñas y adolescentes, en un contexto que cuenta con un 96,8% de Índice de Vulnerabilidad Escolar.  

Para lograr este objetivo Juan Luis ha liderado el levantamiento de protocolos, información y reflexiones referentes al retorno responsable a las aulas dentro del Servicio Local Costa Araucanía, sostenedor de su establecimiento. Ha presentado este material a su comunidad escolar y a directores de otros establecimientos de la zona para juntos diseñar los planes de retorno. «Siempre hemos pensado que la escuela era un espacio que, por lo menos en nuestra comunidad, se requiere y se necesita porque es un lugar de bienestar socioemocional, un espacio donde nuestros estudiantes se refugian y que les permite desenvolverse», explica el director.  

A pesar de las dificultades, nunca han dejado de enseñar: Quienes tienen internet pueden acceder a clases por Zoom o Meet y quienes no, reciben semanalmente guías de trabajo que son luego retroalimentadas por los docentes. Pero la comunidad escolar tiene la convicción de que esto no reemplaza la presencialidad. «Lo importante de volver hoy día es porque los chicos requieren la igualdad de condiciones para los procesos de aprendizaje. Creo que eso es el foco central porque en la casa no se generan», cuenta Juan Luis.  

Desde que comenzó la pandemia solo han vuelto al colegio durante dos semanas en abril cuando la comuna estuvo brevemente en Fase 2. En aquel momento lograron convocar al 40% de sus estudiantes. «Los aprendizajes en esa instancia fueron, principalmente, que hay que tener calma y ser prudentes. En ese momento se hicieron ajustes con los horarios, había que explicarles a los alumnos que ya los juegos no eran los mismos y que había todo un sistema. También había un protocolo, que en algún momento tuvimos que mejorar, pero la adaptación tuvo que ver más que nada con aspectos administrativos», relata el director. 

Hoy esperan poder abrir durante el segundo semestre, de acuerdo a cómo esté la realidad sanitaria en ese momento y revisando los últimos cambios en el Plan Paso a Paso del Gobierno. Para eso están atentos a tres cosas: «Número uno es que mantengamos los procesos de sanitizado y limpieza de acuerdo a lo planificado. Segundo, que no nos desesperemos con esta sensación que se genera en el sistema donde tenemos muchas voces: Es importante que nosotros le demos la calma a los apoderados y va a depender del discurso que emitamos como directores, o como equipos de trabajo. Y tercero, que tengamos esa libertad, sin mayores inconvenientes, de tomar decisiones con flexibilidad en caso de cualquier situación que surja», enumera Juan Luis.  

 

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