Enseña Chile
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«Cuando entré a estudiar pedagogía, siempre creí que había que hacer un cambio y ese cambio tenía que ser desde nosotros mismos. Cuando conocí Enseña Chile me di cuenta que podía hacerlo y que no iba a estar sola», reflexiona María Elena Lavín (32), pedagoga en Inglés de la Universidad Mayor. Tras terminar su carrera, mientras trabajaba en un colegio privado, vio un anuncio de Enseña Chile en sus redes sociales. Ya había escuchado de la fundación y comenzó a averiguar más. Le gustó el foco de trabajo relacionado con contextos de alta vulnerabilidad y se animó a postular al Programa de Liderazgo Colectivo.

Fue seleccionada y en marzo de 2018 comenzó a hacer clases en un establecimiento de la Región Metropolitana como parte de su proceso de formación que duró dos años. Junto con el acompañamiento y guía constante de una mentora, se enfrentó al desafío de liderar un grupo de estudiantes de enseñanza media en su proceso educativo. «Trabajar en colegios de alto riesgo es complicado y tiene una carga emocional muy grande. Tienes miles de cosas en contra y Enseña tiene las herramientas para acompañarte en ese proceso», cuenta la profesora.

Ella recomienda el programa a profesionales pedagogos y no pedagogos. «Creo que la experiencia de haber trabajado en un colegio de estas características te da perspectiva y seguridad de que uno puede generar un cambio en los estudiantes. También rescato el modelo de planificación de clases, partiendo por incluir las emociones en ellas», destaca. Su formación universitaria también fue clave en este proceso. «Estando en Enseña Chile apliqué mucho lo que aprendí en la carrera, sobre todo lo que era la didáctica. También, me dejaron apostar por todas las cosas nuevas que vi allí sobre neurociencia», explica María Elena.

Tras terminar el programa de Liderazgo Colectivo, la profesora continúa haciendo clases de inglés en el Trinity College de Rancagua. Allí tiene la oportunidad de aplicar los aprendizajes adquiridos en su paso por Enseña Chile y seguir aportando a entregar educación de calidad a niños y niñas del país, siendo parte de una gran red de agentes de cambio. «A mi Enseña me encanta, creo que es una fundación increíble. Ahí aprendí mucho de gente que estaba en la misma parada que yo. Es fácil conocer gente que le gusta la pedagogía, pero es más difícil encontrar gente apasionada por generar un cambio, ahí todos quieren y buscan lo mismo», concluye.

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