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Al igual que la gran mayoría de los docentes del país, nerviosos esperamos los resultados del SIMCE 2022; a diferencia de otros años este tenía la particularidad de que se rindió posterior a dos años de pandemia y un año de grandes esfuerzos por volver a las clases presenciales. 

En cierto sentido los resultados obtenidos eran los esperados, por todo el trabajo previo realizado, en Lectura se mantuvo el puntaje alcanzado el año 2018 y en Matemática aumentamos un par de  ¿qué acciones se realizaron para llegar a estos resultados?

La respuesta no es sencilla, tampoco es una fórmula, sino más bien una serie de decisiones basadas en datos de un equipo multidisciplinario que en todo momento estuvo 100% comprometido. En primer lugar, nos aseguramos de la asistencia a clases de todos los estudiantes, para ello era necesario alcanzar los porcentajes de vacunación para cumplir con los aforos. Junto con ello la aplicación de las rutinas de lavado de manos y cambio de mascarillas fue fundamental para no presentar contagios, evitar cuarentenas preventivas y así la totalidad de los estudiantes pudieran asistir a clases, para poder crear espacios de vinculación socioemocionales, desarrollando actividades desde la biblioteca CRA y convivencia escolar con la pequeña “Clementina y sus emociones”. Desde lo curricular el foco fue y sigue siendo la lectura; es en este punto en donde más tiempo y energías invertimos (¡valió la pena las reestructuraciones de las planificaciones colegas!) y por supuesto la motivación y el trabajo de altas expectativas también fue un factor que influyó en la conducta y en el cómo se desenvolvieron en el proceso. 

Desde el área de gestión, se aseguraron los tiempos de clase efectiva, se calendarizaron las fechas y temas de las comunidades de aprendizaje, se intencionaron las cargas horarias para articular asignaturas y aventurarnos en los ABP, el trabajo colaborativo del equipo PIE durante el año estuvo focalizado en los estudiantes con mayores dificultades entendiendo que todos eran capaces de lograr aprendizajes. Otro aspecto a destacar es que tanto la directora y coordinadora de ciclo también hacen clases, eso ayuda a conocer a los estudiantes y tener mayor empatía con los colegas. 

Si bien es cierto todavía estamos lejos de alcanzar el promedio nacional, este es un paso importante para nosotros; hay un antes y un después de la pandemia en la educación mundial y sin duda el disminuir la brecha educativa es nuestro mayor desafío, con la firme convicción de que la educación es el camino para mejorar el presente y el futuro de nuestras niñas y niños. 

Para finalizar, es importante mencionar dos factores que deben ser considerados con urgencia: uno la salud mental de NNA y el incremento del capital cultural, probablemente un abordaje adecuado y rápido sea la clave para el avance de la educación en Chile.

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