Juan Francisco González encontró en el aula un espacio de aprendizaje mutuo. Hoy es un profesor que sueña con transformar realidades y seguir creciendo como educador.
Juan Francisco tiene 29 años, vive en Maipú y da clases en el Liceo Bicentenario Poeta Pablo Neruda, en la comuna de Lo Prado. Estudió Licenciatura en Educación y Pedagogía en Castellano en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) y, aunque su camino estaba vinculado a la enseñanza desde el principio, fue recién en su primer año como profesor cuando empezó a preguntarse profundamente cómo ejercer esta labor con sentido.
Por esos días, se encontraba trabajando en dos lugares al mismo tiempo: el liceo donde actualmente enseña y un preuniversitario llamado EFIES. Fue ahí donde conoció a un colega que le habló por primera vez de Enseña Chile. “Me contó sobre la visión que tenían, sobre la misión de disminuir la brecha educacional y de generar espacios seguros para el aprendizaje. Sentí que era un lugar en el que podía encajar”, recuerda Juan Francisco. Así fue como decidió postular al Programa de Liderazgo. Lo que vino después fue un camino desafiante, pero también transformador.

Sus primeros días como peCh estuvieron marcados por la incertidumbre. “Sentía que no tenía las competencias necesarias. Nadie te enseña realmente cómo enfrentar lo que es pararte frente a un curso”, confiesa. Sin embargo, algo inesperado ocurrió: el vínculo con los estudiantes se dio de manera natural. Se sintió bien recibido por ellos y ese miedo inicial comenzó a disiparse. La relación que construyó con sus alumnos le permitió ganar seguridad, aunque el desafío de navegar solo en “el mar vertiginoso de la educación” seguía latente.

Juan Francisco no romantiza la realidad de su comunidad educativa. Trabaja en un contexto vulnerable, donde las historias de vida de sus estudiantes son duras y muchas veces invisibles. “Me he encontrado con relatos que me han hecho pensar: ‘los niños no deberían pasar por esto’. Pero, si hay algo que he aprendido, es que los jóvenes quieren ser escuchados. Solo necesitan a alguien que se tome el tiempo de hacerlo”, dice con convicción.
Ese compromiso con la escucha y el vínculo ha sido la piedra angular de su labor docente. No se trata solo de enseñar contenidos, sino de generar confianza, sostener emocionalmente y hacerlo con sentido. Desde acompañar a un estudiante con dificultades académicas, hasta brindar una palabra de apoyo ante un problema personal, su rol ha ido mucho más allá de lo curricular. “Saber que puedo influir positivamente en la vida de una persona es todo lo que espero de mi carrera”, afirma.
Una comunidad que transforma
La experiencia con Enseña Chile ha sido para Juan Francisco una fuente constante de crecimiento. Desde la Escuela de Verano hasta el acompañamiento pedagógico que entrega el programa, cada instancia ha sido valiosa. “Han influido enormemente en mi desarrollo como docente y como líder. Valoro mucho su manera de construir comunidad, de crear una red en la que uno se siente parte real”, cuenta.

Destaca especialmente el hecho de poder compartir con personas que tienen una visión clara y comprometida de la pedagogía, algo que muchas veces falta en otros espacios profesionales. “Es motivante. Te hace pensar que no estás solo en esto”, reflexiona.
Esa red ha sido fundamental para consolidar su confianza, pero también para reafirmar que el camino que eligió es el correcto. Hoy se siente más seguro, más resiliente y dispuesto a afrontar los desafíos de la sala de clases.
Mirando hacia adelante, Juan Francisco no se imagina fuera del sistema educativo. Quiere seguir enseñando, pero también seguir formándose. “Tengo la necesidad de estar en constante perfeccionamiento. Quiero seguir aprendiendo y desarrollar todas las habilidades necesarias para ser el docente que sueño ser”, expresa.
A quienes están pensando en postular a Enseña Chile —en especial a quienes ya son profesores— les comparte una reflexión: “Al principio dudé. Pensé que era solo para profesionales que venían de otras áreas. Pero una vez dentro, todo cobró sentido. La visión pedagógica que tiene Enseña Chile es la que todos deberíamos tener: una educación basada en el vínculo”.
Y concluye con una certeza que lo acompaña cada día en el aula: “Alguien debe mostrarles a los niños que su contexto no determina su futuro. Como docente, quiero ayudar a cambiar tantas mentalidades limitantes como me sea posible. Enseña Chile es un espacio para hacerlo, y para crecer mientras lo haces”.

Última modificación: septiembre 11, 2025